lunes, 15 de noviembre de 2010

Nápoles


Fue un vuelo espantoso. No solo porque lo paso un poco mal en las alturas, sino porque estuves las dos horas y media del vuelo preguntandome si me encontraria al azafato.

Llegué a Nápoles a las 11:45, mas ojerosa que un buho. Me acerque a la cinta donde están circulando las maletas esperando a que su dueño las recoja. La mía no la veía por ninguna parte. Estaba muerta después del vuelo y encima tenía que esperar a las maletas. Conclusión: genial.

-Oye perdona-dijo una voz musical y alegre. La del azafato

No podía ser cierto. Me giré muy rápido, creo que con una mueca algo extraña.

-Que?
-Esta es tu maleta?-señalaba una maleta rajada un con un par de camisetas salidas.
-No puede ser!

Me agaché para recoger lo que quedaba de mi maleta preferida. Ahí llevaba casi toda mi ropa. Por lo menos me quedaba el neceser y otra un poco más pequeña, pero era ropa de invierno. Estaba realmente jodida. Pero como a veces me daban arrranques de optimismo me dije que así podría comprar más ropa.

-Si quieres puedo dejarte ropa mía-dijo sonriendo.

Me reí un poco, pero no estaba muy de humor.

-Gracias, pero creo que todavía tengo un poco de ropa-dije señalando a la maleta que estaba pasando a mi lado.

Me acerqué y la cogí. Menos mal que no sabía que ahí solo había ropa de invienrno.

-En que hotel te alojas?
-En uno de Sea Hoteles, pero no se dónde está...-ya me estaba imaginando lo que me iba a decir el caballero italianocuando dijo:

-En el mismo que yo!-dijo muy sonriente-te puedo acompañar si lo deseas.

Su acento era irresistible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.